Canicas del Mar: Pequeños tesoros ocultos en las playas
Natalia UrdanetaShare
¿Habías oído hablar de las Canicas del Mar (Sea Marbles, en inglés)?
Yo, la verdad, las desconocía hasta que empecé a buscar piedras, cristales y demás materiales que luego utilizaría en mi taller.
El primer día que encontré una canica en la orilla de una playa en Barcelona, pensé: “¡Qué raro, una canica aquí, si hoy en día ya los niños no juegan con ellas”. Al llegar a casa me puse a investigar y descubrí para mi sorpresa, que existe todo un mundo alrededor de ellas, igual o incluso más fascinante que el de los Cristales del Mar (sobre los que también tienes un artículo en mi blog).
Para los coleccionistas de vidrio marino, las Canicas del Mar son así como “el Santo Grial”. Normalmente suelen encontrarse en playas cercanas a puertos, canales de navegación o antiguos vertederos de basura.
Pero… ¿Cómo han llegado hasta la orilla de las playas?, ¿Y para qué fueron utilizadas originalmente?.
Origen de las Canicas del Mar
Existen varias teorías sobre el porqué estas canicas de vidrio aparecen, incluso hoy en día, en distintas playas del mundo:
Botellas con tapón (finales del siglo XIX):
A finales de los años 1800, se fabricaban botellas de vidrio para bebidas que usaban una canica como tapón (Botellas Codd). Cuando se desechaban en el mar, las botellas se rompían contra las rocas y las canicas de mármol se liberaban, pudiendo resistir intactas durante décadas.
Lastre en barcos de carga:
Se cree que grandes cantidades de canicas fueron utilizadas como lastre en las quillas de los barcos pesados que navegaban desde Europa hacia América. Cuando alguno encallaba o chocaba contra alguna costa escarpada, las cajas o barriles de lastre caían al mar y luego las corrientes marinas se han encargado de esparcirlas por todo el mundo, incluso siglos después.
Juegos en la playa:
Hace décadas, en las playas de zonas turísticas, los niños jugaban con canicas en la orilla. Muchas de ellas se perdían en la arena, en el agua o entre las rocas.
Transporte en ferrocarril:
En lugares donde las vías del tren pasaban cerca de la costa, se cree que las canicas se utilizaban para facilitar el transporte de mercancías y movimiento de cargas pesadas y que muchas de ellas acabaron en el mar.
La magia de coleccionar Canicas del Mar
Al igual que con los cristales del mar, existe todo un mundo alrededor de ellas. Hay cientos de miles de coleccionistas alrededor del planeta en busca de estos pequeños tesoros.
Cada una esconde una historia única, y hay quienes creen que se necesitan al menos 50 años de desgaste en el océano para que adquieran ese aspecto natural de desgaste por el tiempo.
Hay incluso aficionados que “siembran” canicas o vidrios en el mar, para que con el paso de los años se desgasten y parezcan auténticas. Sin embargo, existe bastante controversia con esta práctica, ya que se considera que no lo son. Esas piezas no cuentan con una historia real detrás y no generan el mismo efecto de haberte encontrado algo que tiene más de 100 años.
Mi experiencia con las Canicas del Mar en Barcelona
En estos años trabajando en UdanasArt, limpiando y recolectando materiales en la desembocadura del río Besòs he encontrado algunas de estas canicas.
Os aseguro que la sensación de emoción que te recorre el cuerpo cuando las ves allí asomándose entre los guijarros, es como haber ganado el premio gordo de la lotería. Las guardo como si fueran tesoros de algún barco pirata.
¿Quién sabe?, Tal vez alguna de esas canicas que hoy descansan en playas paradisíacas sea con la que tú jugaste de niño y que sin darte cuenta se perdió entre las olas.
Si tienes dudas o quieres saber más sobre las canicas del mar, ponte en contacto conmigo a través del formulario de contacto.
¿Conoces el fascinante mundo de los cristales del mar?